Con una prosa muy inferior a la del gran poeta catalán Eduardo Moga, que
vive desde hace tiempo en Londres, repito algunas de sus comentarios sobre el
Soho, zona de la Ciudad de Westminster, establecida desde hace tiempo como sitio
de ocio.
Durante el siglo pasado, el Soho fue lugar frecuentado por
intelectuales, artistas y escritores, y el lugar se hizo famoso por sus sex
shops y su vida nocturna. A mediados del siglo XIX, las familias respetables la
habían abandonado ya, ante la llegada de prostitutas, salones de música y
pequeños teatros. El área fue explanada de cultivo hasta 1536, año en que fue
convertida por Enrique VIII en parque real para el Palacio de Whitehall. Su
nombre aparece por primera vez en siglo XVI.
Cierta investigación publicada en 1963 sugiere que los aposentos y los
jardines de la Casa de San Bernabé (House of Saint Barnabas, 1 Greek Street)
sirvieron de inspiración a Dickens para imaginar la casa del doctor Manette y su hija Lucy (Historia de dos ciudades). La calle que da a la capilla se llama ahora Manette Street.
Eduardo Moga nos informa que Karl Marx residió en el edificio que hoy
ocupa el restaurante Quo Vadis: “De allí iba andando cada día al Museo
Británico a escribir El capital, y en un pub de la zona, muy pertinentemente
llamado León Rojo, esbozó con Engels los principios del Manifiesto Comunista.”
El mismo Moga nos cuenta que “Dylan Thomas extravió su manuscrito del
extraordinario Bajo el bosque lácteo (en un pub del Soho), pero el dueño del
local (…) lo encontró en un asiento, antes de que las señoras de la limpieza lo
tiraran a la basura, con los restos de los fishes and chips".
“El restaurante Kettner (…), en la esquina de Romilly Street, era el
favorito de Óscar Wilde, y aquí venía a cenar con lord Alfred Douglas".
Aquí, en el Soho, nació William Blake.
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